
Mirada desde el Sáhara Occidental: un pueblo olvidado
Charla sobre el Sáhara, una mirada desde el Sáhara, un pueblo en el olvido Organizada por Iñaki Markez en Leioa para visibilizar la causa saharaui. Ha sido una exposición fotográfica y história a través del testimonio de Fatma Galia ante un público muy implicado y solidario.
Hoy les invito a dirigir la mirada hacia un rincón del mundo donde el silencio internacional ha sido más pesado que la arena del desierto. Hablo del Sáhara Occidental, un pueblo olvidado, traicionado por la potencia colonizadora y abandonado por las instituciones, pero que sigue de pie con dignidad.
La traición de España
El Sáhara Occidental fue colonia española desde 1884 hasta 1975. Durante décadas, España otorgó DNI y nacionalidad a muchos saharauis y se comprometió, en resoluciones de Naciones Unidas, a organizar un referéndum de autodeterminación. Pero el 14 de noviembre de 1975, en los últimos días del franquismo, el Estado español, firmó en secreto los Acuerdos Tripartitos de Madrid, entregando el territorio a Marruecos y Mauritania a espaldas de pueblosaharaui.
Aquello no fue una descolonización, sino una traición. España abandonó a sus propios ciudadanos, incumpliendo el derecho internacional humanitario y los Convenios de Ginebra, que obligan a la potencia administradora a proteger a la población civil bajo su responsabilidad. Ese abandono dejó al pueblo saharaui a merced de la guerra y del exilio.
La Marcha Verde
Ese mismo noviembre, Marruecos lanzó la llamada Marcha Verde: 350.000 colonos cruzaron la frontera, mientras el ejército marroquí bombardeó con napalm y fósforo blanco a los civiles saharauis que huían hacia Argelia. Fue el inicio de un éxodo que todavía hoy mantiene a más de 170.000 refugiados en los campamentos de Tinduf.
El derecho internacional ignorado
En 1975, la Corte Internacional de Justicia dictaminó que Marruecos no tiene vínculos de soberanía sobre el Sáhara Occidental y que el pueblo saharaui tiene derecho a decidir su futuro. Desde 1963, la ONU reconoce al Sáhara como territorio no autónomo pendiente de descolonización y está en la Cuarta Comisión de Naciones Unidas como territorio pendiente de descolonización.
En 1991, tras 16 años de guerra, la ONU medió un alto el fuego y creó la MINURSO (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental). Ese referéndum de autodeterminación debía celebrarse en pocos meses. Han pasado más de 30 años y nunca se ha realizado.
La MINURSO: misión sin derechos humanos
La MINURSO es la única misión de paz de la ONU en el mundo sin competencias para vigilar los derechos humanos. Su mandato se limita a vigilar el alto el fuego, pero ignora las detenciones arbitrarias, torturas y juicios sin garantías que sufren los saharauis en los territorios ocupados.
¿Por qué? Porque en el Consejo de Seguridad de la ONU, países aliados de Marruecos —especialmente Francia— han bloqueado sistemáticamente cualquier intento de ampliar su mandato. El veto francés ha sido un auténtico palo en la rueda de la solución. Y más recientemente, también Estados Unidos, Reino Unido y El Gobierno Español han respaldado el plan marroquí de “autonomía bajo soberanía marroquí”, contradiciendo el derecho internacional.
El expolio de los recursos naturales
Mientras se prolonga el bloqueo político, Marruecos explota ilegalmente los recursos del Sáhara Occidental.
Fosfatos: el yacimiento de Bu Craa, uno de los más grandes del mundo, se exporta a través del puerto de El Aaiún.
Pesca: la UE ha firmado acuerdos con Marruecos que incluyen aguas saharauis, a pesar de las sentencias europeas.
Arena: toneladas de arena se exportan a Canarias y otros lugares para la construcción y el turismo.
Energía renovable: multinacionales europeas y extranjeras construyen parques solares y eólicos en territorio ocupado, blanqueando la ocupación.
En octubre de 2024, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaminó que los acuerdos comerciales y pesqueros firmados con Marruecos son inválidos porque incluyen al Sáhara Occidental sin el consentimiento del pueblo saharaui. Además, ordenó que los productos saharauis no pueden etiquetarse como marroquíes. Es una sentencia histórica del Tribunal de Justicia Europeo.
Pero pese a esta victoria legal, muchas empresas e instituciones europeas siguen explotando recursos saharauis ilegalmente. Aquí se demuestra la hipocresía de la Unión Europea: reconoce en los tribunales lo que en la práctica vulnera sus acuerdos.
El muro de la vergüenza
Pocas personas saben que en el Sáhara Occidental se levanta el muro militar más largo del mundo después de la Muralla China: 2.720 km de longitud, protegido por millones de minas antipersona.
Este muro divide el territorio en dos:
Al oeste, las zonas ocupadas por Marruecos.
Al este, las “zonas liberadas” bajo control del Frente Polisario.
Pero sobre todo divide familias. Madres separadas de sus hijos, hermanos que no se ven desde hace décadas. Es un muro que corta no solo el desierto, sino los lazos humanos.
Un conflicto dilatado y la segunda guerra
Durante casi 30 años, el pueblo saharaui confió en la vía pacífica, esperando el referéndum. Pero el 13 de noviembre de 2020, tras una agresión marroquí en Guerguerat contra manifestantes civiles saharauis, el Frente Polisario declaró roto el alto el fuego.
Desde entonces, se vive la Segunda Guerra del Sáhara Occidental. Es un conflicto silenciado, pero real: enfrentamientos militares diarios, bombardeos con drones marroquíes —a menudo contra civiles— y un pueblo que vuelve a la resistencia armada porque la comunidad internacional le cerró todas las puertas a las vías pacíficas.
La mirada saharaui
Y sin embargo, a pesar de todo, la mirada del pueblo saharaui sigue firme. Es la mirada de un nómada que sabe esperar bajo el sol del desierto. Es la mirada de las mujeres saharauis que han levantado escuelas, hospitales y ministerios en los campamentos. Es la mirada de los jóvenes que rompen el bloqueo informativo en las redes sociales. Es la mirada de periodistas y escritores que, aun desde la cárcel o el exilio, siguen denunciando la verdad.
Conclusión
Amigas y amigos,
El Sáhara Occidental es la última colonia de África. Es un pueblo olvidado, sí, pero no vencido.
Hoy debemos recordar que:
España sigue siendo potencia administradora, con una responsabilidad histórica y jurídica que no puede evadir.
La ONU debe dejar de mirar hacia otro lado y organizar el referéndum prometido.
La comunidad internacional debe cesar en su complicidad con el expolio y la represión.
Porque un pueblo olvidado no es un pueblo vencido. El Sáhara no pide caridad: pide justicia. No pide compasión: pide libertad.
Y como dice un proverbio saharaui:
“Podrán levantar muros en el desierto,
podrán arrancarnos de nuestra tierra,
pero nunca podrán arrancar de nosotros
el derecho a volver a ser libres en nuestratierra.”
Fatma Lgalia Mohamed Salem