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´ESPAÑA HIPOTECADA: el precio del silencio ante Marruecos.

En los últimos años, Marruecos ha indultado a más de 37.000 personas, incluidos condenados por terrorismo, violencia sexual y otros delitos graves. Solo en 2024, más de 2.400 personas se beneficiaron de uno de estos indultos masivos. Muchos de ellos, según informes policiales y advertencias de organismos europeos como Frontex, habrían llegado a Europa,y concretamente a España, a través de vías irregulares, cuando no directamente en avión. Aunque las fuentes oficiales niegan un plan deliberado de Rabat para exportar su criminalidad, lo cierto es que el perfil de coentos recién llegados ha puesto en alerta a las fuerzas de seguridad. Y mientras esto ocurre, el gobierno español, liderado por Pedro Sánchez y fuertemente influido por el lobby socialista pro marroquí, parece mirar hacia otro lado o, peor aún, actuar en connivencia con las exigencias del régimen alauita.
La postura española respecto al Sáhara Occidental es el ejemplo más vergonzoso de esta relación desigual. España, antigua potencia administradora, se ha plegado ante la narrativa marroquí, abandonando al pueblo saharaui y traicionando décadas de compromiso con el derecho internacional. ¿A cambio de qué? ¿Estabilidad migratoria? ¿Control de las fronteras? ¿Información de inteligencia? ¿Favores ocultos?…como lo sucedido en TorrePacheco o en Las Palmas?
La falta de transparencia alimenta la sospecha de que lo que hay detrás no es una alianza entre iguales, sino un chantaje sostenido. Lo que debería ser diplomacia, se ha convertido en dependencia.
A esto se suma un hecho poco debatido pero preocupante: la extensa presencia de imames enviados desde Marruecos, repartidos por la geografía española en mezquitas y centros culturales donde no solo se predica religión, sino también ideología y lealtad política. Numerosos informes de inteligencia han señalado que buena parte de la comunidad marroquí organizada en España mantiene vínculos estructurados con la embajada marroquí, formando auténticas células de movilización social capaces de actuar a modo de presión política cuando se considere necesario. No estamos hablando de conspiraciones, sino de estrategias diplomáticas activas y sostenidas que España ha permitido, si no alentado, bajo el manto de la multiculturalidad y el pragmatismo bilateral, que es algo bueno; pero tidos sabemos que ese enfoque a Marruecos le tira del pie y sin embargo se sirve de esa “ideologia política de la izquierda “.
Y mientras todo esto ocurre, la clase política, tanto la izquierda, llamemosla PSOE (en este caso) como la derecha, continúa compitiendo por captar simpatías y votos en los barrios sensibles, midiendo cada palabra para no incomodar a un electorado que se ha convertido en rehén de su propia debilidad moral. La izquierda, en nombre del progresismo mal entendido, ha blanqueado sistemáticamente la influencia extranjera bajo la etiqueta de “inclusión”; la derecha, por su parte, ha usado el discurso de seguridad sin atreverse nunca a señalar con claridad al verdadero foco del problema: el diseño político marroquí que se infiltra, como un cáncer, en los bolsillos de los dirigentes, en los despachos de las instituciones y en los silencios calculados de los que saben, pero callan. El oportunismo electoral ha reemplazado a la responsabilidad de Estado. Ninguno de los grandes partidos se atreve a abordar el origen del problema, porque hacerlo sería enfrentarse a una estructura externa que ya ha aprendido a manejar los resortes de la debilidad del estadoespañol.
Lo que está en juego es mucho más que migración o diplomacia: es la capacidad de España para definir su propia política interna sin depender del chantaje o las concesiones tácitas. España no puede ceder soberanía legal ni social, ni permitir que la cuna de ciertos poderes extranjeros se balancee con objetivos opacos. Si sigue permitiendo que le marquen el paso desde Rabat, no podrá actuar como un Estado libre, sino como un estado hipotecado.
No voy a entrar en los detalles de lo sucedido en TorrePacheco. Solo dejo claro que España permita la entrada desde sus fronteras aereas a un buen numero de ex delincuentes marroquíes, es un tanto sospechoso.
B.Lehdad

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