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LA PROOUESTA QUE ALGUNOS GOBIERNOS, APLAUDEN.

En las últimas semanas, las redes sociales han estallado con reacciones de saharauis y personas solidarias, ante el repentino interés de algunos gobiernos europeos y de otras partes del mundo, por respaldar la propuesta marroquí de autonomía.
Este pequeño goteo de apoyos ha generado inquietud. Pero conviene recordar algo esencial: esa propuesta no es más que una entre varias, y de hecho hay otras opciones y el referéndum de autodeterminación es una de ellas y que tienen mucho más respaldo jurídico y legitimidad internacional.
Muchos de estos gobiernos lo saben. Y aunque en público se alineen con Rabat por intereses económicos o geoestratégicos, en privado se ríen de la propuesta marroquí, porque saben que carece de valor jurídico vinculante y no puede imponerse sobre el derecho internacional.
Lo cierto es que el Consejo de Seguridad de la ONU sigue insistiendo, resolución tras resolución —como la 2654, la 2703 o la 2756— en la necesidad de una solución política mutuamente aceptable, que contemple el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación.
Lo dice también la Cuarta Comisión de Descolonización, que cada año aprueba resoluciones que insisten en la legalidad del derecho saharaui. Y la Asamblea General, en resoluciones como la A/RES/78/104, deja claro que el Sáhara Occidental es un caso pendiente de descolonización, no una disputa territorial.
El marco jurídico internacional sigue vigente, aunque algunos pretendan enterrarlo bajo declaraciones diplomáticas ambiguas o intereses comerciales.
Y en medio de todo esto, no olvidamos lo fundamental: El único y legítimo representante del pueblo saharaui es el Frente POLISARIO, reconocido así por las Naciones Unidas y por la Unión Africana.
El pueblo saharaui deposita toda su confianza en el Frente POLISARIO como dirección política, como referencia diplomática y como garantía legítima de la continuidad de nuestra lucha por la libertad.
Y también reafirmamos nuestra plena confianza en nuestro brazo armado, el valeroso Ejército de Liberación Popular Saharaui, que durante décadas ha resistido, luchado y se mantiene firme como garante de nuestra liberación nacional y defensor de la dignidad saharaui en cada palmo de nuestra tierra ocupada.
Frente a la propaganda y la manipulación, conviene preguntar con claridad: ¿Puede imponerse una propuesta como la autonomía marroquí sobre el derecho internacional? La respuesta es clara: no. Ni jurídica, ni política, ni éticamente.
El principio de autodeterminación de los pueblos es uno de los pilares del derecho internacional contemporáneo. No puede anularse por una decisión unilateral ni por la simpatía de algunos gobiernos. La autonomía marroquí es una oferta interna de un Estado ocupante, no una opción legítima nacida de la voluntad libre del pueblo saharaui.
Y lo más importante: cualquier solución que no sea aceptada por el pueblo saharaui, a través de un proceso de expresión libre y transparente —como un referéndum supervisado internacionalmente—, no tendrá ni validez ni sostenibilidad.
Por eso, llamamos a la calma y a la claridad.
Ninguna declaración, ningún reconocimiento individual, ningún gesto unilateral, puede borrar la realidad jurídica de fondo: el Sáhara Occidental sigue siendo un territorio no autónomo pendiente de descolonización. Y el pueblo saharaui, su legítimo titular de soberanía, aún no ha ejercido libremente su derecho a decidir.
A quienes intentan confundir, les decimos: el pueblo saharaui no se asusta. Estamos organizados, unidos y capacitados. Conocemos bien nuestro derecho y nuestra causa. Confiamos en nuestro Frente POLISARIO y en nuestra lucha. Y si alguien intenta negar nuestra existencia, encontrará de frente a un pueblo entero —firme, paciente y listo para todas las eventualidades.
No somos una víctima indefensa: somos una nación en pie.
     B. Lehdad.

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