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¡HONOR Y GLORIA A LOS MÁRTIRES!

 Cómo me cuesta hacer este homenaje.
Se que no podria hacerlo, con el talante del mártir AhmedBaba Miska. Pero me siento en la obligación etica, moral y revolucionaria de recordar al padre de la Patria saharaui y tod@s l@s mártires de nuestra revolución.
9 de junio de 1976 – 9 de junio de 2025: 49 años de eternidad en el campo del honor
Luali Mustafa Sayed no fue solo un líder; fue el arquitecto de una revolución total que sacudió los cimientos de la opresión colonial. Fundador del Frente POLISARIO, transformó la desesperación de un pueblo disperso y sometido en una fuerza indestructible, unificada en la lucha por su libertad. Bajo su guía, el pueblo saharaui dejó de ser víctima para convertirse en protagonista de su propia historia.
Fue un revolucionario Integral. No se conformó con empuñar las armas; su visión abarcó todos los frentes:
– La lucha armada, como única vía ante la traición y la ocupación.
– La revolución social, forjando una sociedad igualitaria y resistente en los campamentos de refugiados, zonas ocupadas y la diáspora.
– La alfabetización masiva, porque sabía que un pueblo ignorante jamás sería libre.
– La organización política, construyendo las bases de un Estado saharaui soberano, democrático y anticolonial.
Su mente estratégica era prodigiosa. Anticipó maniobras del enemigo, diseñó estructuras de resistencia y supo convertir a pastores nómadas en soldados, diplomáticos y maestros. Su coeficiente intelectual no cabía en su cerebro. Era el genio que todo lo veía venir, el teórico que jamás se desconectó de las masas.
Su Legado: Sangre y Dignidad.
Luali encarnó su propia máxima: “Si quieres tu derecho, debes sacrificar tu sangre, tu bienestar”. No pidió a su pueblo lo que no estaba dispuesto a dar. El 9 de junio de 1976, cayó en combate, ofrendando su vida por la causa que él mismo había encendido. Pero su muerte no fue derrota: fue semilla.
Hoy, el F. POLISARIO, su creación, sigue en pie. La República Árabe Saharaui Democrática(RASD) es reconocida internacionalmente, y generaciones de saharauis mantienen viva la llama de su lucha. Marruecos, con todo su aparato represivo, no ha podido extinguir el sueño que Luali consolidó.
A 49 años de su caída, lo recordamos no con lágrimas, sino con puños en alto. Su ejemplo exige seguir combatiendo: en el desierto, en las zonas ocupadas, en la diáspora y en todos los foros donde se niegue al pueblo saharaui su derecho a la autodeterminación.
Luali Mustafa Sayed vive en cada niño saharaui que estudia bajo una jaima, en cada miliciano que defiende el muro de la vergüenza, en cada mujer que teje la resistencia. Su revolución no tiene fecha de caducidad.
¡Honor y gloria al padre de la patria saharaui y a todos y todas los y las martires de la Gloriosa Revolución Saharaui.
¡Hasta la Victoria Siempre, compañero “Luley”
¡El F. Polisario Vencerá!
             B. Lehdad.

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