كتاب وآراء

HOMENAJE…DE OTRA MANERA.

(Al poeta del desierto que España quiso borrar).
Buenas noches, pueblo saharaui.
Hoy, 17 de junio.las dunas suspiran el nombre, Basiri.
Mohamed Sidi Brahim Basiri, el periodista que convirtió su pluma en bandera,
el maestro que enseñó que las ideas pueden derrotar a los tanques.
Nació en 1942, cuando el Sáhara aún respiraba libertad. Estudió en Marruecos y Egipto, pero fue en las calles de Smara donde escribió su mejor poema: la resistencia pacífica.
En 1969 fundaste Harakat Tahrir, el primer grito organizado por la independencia.
¡ Compañero! Tu periódico Al-Shihab era la antorcha que iluminaba la verdad en medio de las mentiras coloniales. “El Sáhara para los saharauis”, repetías, y ya augurabas que España vendería nuestro futuro en los pasillos de la ONU.
El 17 de junio de 1970, tu sueño se enfrentó a las bayonetas. En Zemla, la plaza se llenó de versos y pancartas, pero el colonialista sólo entendía el lenguaje de los fusiles. Dispararon contra poemas descalzos, contra mujeres que cantaban libertad, contra niños que llevaban tu nombre escrito en las palmas de las manos. Tú, el pacifista, fuiste arrastrado por los mismos que firmaban convenios de derechos humanos mientras torturaban en los calabozos de la Legión.
¿Dónde está Basiri? Preguntaron las madres. ¿Dónde está nuestro poeta? Inquirieron los estudiantes. España respondió con silencio y documentos falsificados. Pero el desierto nunca miente: te convirtieron en el primer desaparecido, pero también en el primer inmortal de nuestra causa.
Hoy, cuando los niños en almujayam juegan a ser periodistas, cuando las mujeres bordan tu nombre en las jaimas, cuando los presos políticos graban “17 de junio” en las paredes de las cárceles marroquíes, comprendemos que no hace falta encontrar tus huesos para saber que estás aquí.
Basiri, te buscaron en los archivos secretos y sólo encontraron polvo. Miraron en las celdas y hallaron versos escritos con sangre. Escudriñaron el desierto y descubrieron que cada grano de arena repetía tu nombre. España quiso borrarte, pero sólo logró convertirte en eterno.
Ahora, cuando el viento de la libertad sopla desde los campamentos, cuando la juventud saharaui recupera tu legaje pacifista, cuando la comunidad internacional empieza a despertar, sabemos la verdad más profunda: no muriste aquel junio de 1970. Simplemente te multiplicaste en cada uno de nosotros.
Buenas noches, Basiri. Descansa en la arena que guarda tu secreto. Nosotros seguiremos escribiendo, como tú nos enseñaste, la última estrofa de este poema que sólo terminará cuando ondee por fin la bandera de la libertad en un Sáhara independiente. Hasta entonces, tu luz sigue siendo nuestro norte.
B.Lehdad.

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